lunes, 21 de noviembre de 2011

Teorías feministas

Para la elaboración de esta investigación tendremos presentes las distintas teorías feministas que existen en torno al tema que nos incumbe. Especialmente en lo referente a las técnicas de reproducción asistida (TRA) encontramos una multiplicidad de opiniones de distinto signo provenientes de distintas ramas del feminismo, con lo cual quizás sería más coherente decir que daremos al estudio no un enfoque feminista sino varios enfoques feministas, intentando integrar diferentes posiciones.

El recorrido por las principales líneas de debate en torno a las TRA dentro del movimiento feminista tiene un punto de arranque claro en la obra de Shulamith Firestone, que puso las bases para un feminismo radical. Su teoría, expuesta en The Dialectic of Sex: The Case of Feminist Revolution (1970), se basa en una concepción materialista de la historia en la cual se describe que las diferencias en los roles reproductivos son la base de la opresión hacia las mujeres.

Para acabar con este sistema opresor entre sexos se hace necesaria la ruptura de la “tiranía de la familia biológica”. La reproducción artificial y los cambios en la familia vendrían a significar entonces una base para la revolución y la superación de la posición subordinada de la mujer, encarnada en la muerte de la familia nuclear tradicional y una reestructuración social y política. (Jenifer Parks, 2009)

Se expresa en su obra un menosprecio por la maternidad que tiene raíces también en pensadoras como Simon de Beauvoir, que en 1949 escribe del embarazo como una forma de atrapar a las mujeres que les impide desarrollar su potencial como sujetos libres. En el contexto actual de desarrollo de las TRA, aplicando estas teorías podríamos defender que la tecnología haría posible a las mujeres ejercer un mayor control sobre su vida (se ve claro, por ejemplo, en el caso de la vitrificación de sus propios óvulos cuando son jóvenes para “utilizarlos” cuando llegue el momento en el que quieran quedar embarazadas a través de la FIV) (Ana Martí Gual, 2011)

En un polo opuesto nos encontramos con los textos de Gena Corea y Janice Raymond desarrollados en los años ‘80, que ven en las tecnologías aplicadas a la reproducción una usurpación más por parte del sistema patriarcal sobre las mujeres y su rol en la reproducción. Desde esta postura argumentan que estas tecnologías, al medicalizar el cuerpo de las mujeres, suponen un mayor control y sometimiento, pues convierten sus cuerpos en una base para la investigación y para llevar a cabo experimentos peligrosos. Dichas tecnologías no serían más que una nueva arma del patriarcado. (Jenifer Parks, 2009) Se refleja aquí otra rama de feminismo que reevalúa la maternidad y reivindica su apropiación por las mujeres, dejando a un lado la maternidad como institución. (Ana Martí Gual, 2011)

Asimismo, Corea recalca que no existe realmente libertad de las mujeres para decidir sobre el uso de las TRA, teniendo en cuenta que los hombres controlan no solamente las decisiones de las mujeres sino que el sistema patriarcal condiciona también sus motivaciones a la hora de inclinarse por la utilización de estas tecnologías reproductivas. Según Raymond, estos procedimientos médicos lo que hacen es generar una confusión entre la capacidad de elección de las mujeres y su derecho a consumir. (Jenifer Parks, 2009)

Además de esta división entre ramas del feminismo a favor y en contra de las TRA, es posible hacer una clasificación de las reflexiones teóricas feministas al respecto según un criterio temporal. Centrándonos en el movimiento feminista anglosajón, de donde surgen importantes reflexiones, se ven dos etapas fundamentales en la crítica a la reproducción asistida (según la clasificación de Charis Thompson).

- En una primera etapa se dio un fuerte rechazo a las TRA, con la defensa de que su búsqueda por parte de las mujeres no era más que un reflejo de la ideología patriarcal. Suponían otro mecanismo más de control sobre las mujeres y el mantenimiento de su sumisión al “destino biológico” que les viene dado. Desde aquí se haría referencia a la medicalización del proceso reproductivo como otro factor clave de control social sobre éstas.
Pero paralelamente a esta posición se sitúa la de aquéllas feministas que ven en las TRA una cuestión beneficiosa para la mujer en el sentido en el que servirían para transformar la concepción tradicional de pareja heterosexual como el único modelo para la reproducción.

- La segunda fase de esta crítica feminista, que nace en la última década del siglo pasado, rompe con los discursos anteriores y reconoce la necesidad de analizar las TRA desde distintos puntos de vista pues se trata de un tema complejo. Desde estos movimientos se reivindica la necesidad de analizar estas técnicas teniendo en cuenta la subjetividad de las mujeres y los distintos contextos económicos y sociopolíticos. Analizando las relaciones de poder de la sociedad se denuncia que las TRA tienden a reproducir las desigualdades en función de diversos factores (género, clase, raza, nacionalidad). (Cardaci y Sánchez Bringas, 2011)

En esta investigación realizaremos un análisis que no sigue estrictamente ninguna de las posturas descritas, sino que intentaremos integrar las distintas posiciones de manera de poder contar con múltiples ángulos de visión sobre el tema. Resulta imprescindible tener en consideración el contexto social y la situación personal de cada mujer para poder tomar conclusiones acerca de sus consecuencias y sobre la “bondad” o no de las TRA para las mujeres como clase social dentro de una estructura más amplia.

Encontramos también contribuciones teóricas del feminismo en cuanto a los embriones humanos. Desde esta perspectiva se defiende que los embriones son inalienables a las personas, lo cual implica otra serie de consideraciones: que los embriones no tienen el estatus legal ni moral de personas (compatibilidad con la defensa del aborto); que forman parte del cuerpo de la mujer, son inalienables a ella. Esto se relaciona con la crítica por parte del movimiento feminista sobre la mercantilización de “las labores reproductivas de las mujeres y los tejidos reproductivos humanos”. (Carolyn McLeod y Fançoise Baylis, 2006)

En cuanto al sondeo prenatal, desde el feminismo se plantea que el uso de estos diagnósticos implica una diminución más que un aumento de las posibilidades de elección de las mujeres. Pues existe una convicción por parte de la sociedad que señala que las mujeres interrumpirán o deberían interrumpir sus embarazos en caso de que el feto presente alguna deficiencia. (Adrienne Asch, 1999)

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